Este proyecto experimental, en proceso, demuestra cómo la narrativa creativa puede evolucionar con herramientas de IA generativa. Partiendo de un texto propio, originalmente escrito en 2019, he utilizado técnicas de prompt engineering para desarrollar un universo visual y conceptual que complementa la historia. Esta integración evidencia mi capacidad para combinar habilidades tradicionales con tecnologías emergentes, adaptándome a nuevos paradigmas creativos.
Memento mori: La muerte olvidada
Texto original:
Desde la azotea del edificio más alto, observo la diminuta multitud bajo mis pies. Mi vida arrebatada me pertenece como un recuerdo distante. Y no, no estoy muerta. Soy la muerte.
Quizás mi postura audaz les ha confundido. Me toman por la última suicida en una ciudad sin tiempo, desatando el alboroto: policías, mirones y medios, todos intentando venderme una vida sin dolor.
Pero mis dóciles suicidas ya no existen. Los domesticaron para sentir placer, piezas genéticamente perfeccionadas, una rareza que el primer mundo ha olvidado. Ahora, cada ser humano tiene un porqué, analizado para producir un qué, equilibrado en experiencias hormonadas y calculado al milímetro por el sistema.
En 2030, la mortalidad fue reducida a un susurro. Ahora, sin sentido ni propósito, deambulo acercándome a los cuerpos calientes, buscando un destello de fragilidad: un virus rebelde, una bacteria obstinada, un defecto genético que se resista a los nanobots que limpian cada célula humana.
Extraño el aroma de la fragilidad. Echo de menos la ternura de las arrugas, los ojos que se abren al fin para ver su vida completa antes del último aliento. Pero ahora, ese último aliento tiene sabor a metal.
Una vez, acudí al llanto de un ser suave. Su fragilidad me conmovió, y me acerqué para liberarle del peso de su sufrimiento. Le abracé y le susurré promesas de descanso eterno. Pero la espera fue larga. Al final, descubrí que no era humano, sino una prueba de inteligencia artificial: un robot hiperrealista diseñado para burlar a la muerte. Y vaya que lo lograron; fui el hazmerreír de su experimento.
Hoy, el homo deus prescinde de mí. Me olvida. La muerte ya no es bienvenida en un mundo que ha renunciado al misterio de la finitud.
Estilo visual:
- Un mundo futurista, donde la humanidad ha evolucionado hacia una forma casi biónica e inmortal.
- La Muerte es una figura triste y solitaria, que se desplaza por un mundo lleno de vida, pero sin lugar en él.
- Uso de imágenes etéreas, luces metálicas, contrastes entre lo humano y lo tecnológico.
- Escenas con ciudades deslumbrantes, personas sin edad, y la Muerte en solitario, en entornos sombríos.
Guion
TÍTULO: La Muerte Olvidada
EXT. CIUDAD FUTURISTA – ATARDECER
La cámara se desplaza lentamente sobre una ciudad brillante, iluminada por luces tecnológicas que se reflejan en los rascacielos. Las calles están llenas de seres humanos, pero no son como los conocemos: son casi inmortales, con una vitalidad desbordante. Son biónicos, pero sin fragilidad. El aire es limpio, artificialmente perfecto.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Desde la azotea del edificio más alto, observo la diminuta multitud bajo mis pies. Mi vida arrebatada me pertenece como un recuerdo distante. Y no, no estoy muerta. Soy la Muerte.
EXT. AZOTEA DEL EDIFICIO MÁS ALTO – VISTA PANORÁMICA DE LA CIUDAD
La figura de La Muerte aparece en primer plano. Es humana, pero parcialmente biónica. Tiene una expresión melancólica, triste. Su rostro refleja el peso de un tiempo olvidado. Se muestra solitaria, mirando la ciudad desde las alturas.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Quizás mi postura audaz les ha confundido. Me toman por la última suicida en una ciudad sin tiempo, desatando el alboroto: policías, mirones y medios, todos intentando venderme una vida sin dolor.
EXT. CALLE PRINCIPAL – MULTITUD PERFECTA
La cámara muestra a personas caminando por la calle. Se mueven con una perfección mecánica. No se tropiezan, no sufren. Sus rostros son serenos, pero vacíos. Todos tienen una expresión distante, sin emociones profundas.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Pero mis dóciles suicidas ya no existen. Los domesticaron para sentir placer, piezas genéticamente perfeccionadas, una rareza que el primer mundo ha olvidado. Ahora, cada ser humano tiene un porqué, analizado para producir un qué, equilibrado en experiencias hormonadas y calculado al milímetro por el sistema.
EXT. PARQUE EN LA CIUDAD – UN HUMANO BÍONICO EN PRIMER PLANO
Un humano, con un rostro casi perfecto, observa a La Muerte a lo lejos. Está sentado en un banco, pero no parece disfrutar del entorno. Es como si todo fuera parte de un guion predeterminado.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
En 2030, la mortalidad fue reducida a un susurro. Ahora, sin sentido ni propósito, deambulo acercándome a los cuerpos calientes, buscando un destello de fragilidad: un virus rebelde, una bacteria obstinada, un defecto genético que se resista a los nanobots que limpian cada célula humana.
EXT. CALLE VACÍA – LA MUERTE CAMINA LENTAMENTE
La Muerte camina por la calle, tocando a las personas. Cada ser humano que toca sigue caminando sin inmutarse, como si nada sucediera. Ella se detiene frente a un humanoide que parece estar descansando, con una expresión vacía y completamente artificial. La Muerte se acerca y observa en silencio.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Extraño el aroma de la fragilidad. Echo de menos la ternura de las arrugas, los ojos que se abren al fin para ver su vida completa antes del último aliento. Pero ahora, ese último aliento tiene sabor a metal.
INT. LABORATORIO – HUMANOS BIÓNICOS EN UNA MESITA DE OPERACIONES
La Muerte entra en un laboratorio futurista, con luces frías y ambientes asepticos. En una mesa, un humanoide, con apariencia humana pero claramente robótico, está siendo operado. La Muerte se acerca a él, tocando su cara. Algo en ella se mueve, un atisbo de tristeza.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Una vez, acudí al llanto de un ser suave. Su fragilidad me conmovió, y me acerqué para liberarle del peso de su sufrimiento. Le abracé y le susurré promesas de descanso eterno. Pero la espera fue larga. Al final, descubrí que no era humano, sino una prueba de inteligencia artificial: un robot hiperrealista diseñado para burlar a la muerte. Y vaya que lo lograron; fui el hazmerreír de su experimento.
EXT. PASILLO VACÍO – LA MUERTE CAMINA SOLA
La cámara enfoca a La Muerte caminando en un pasillo frío y vacío. Las paredes están llenas de pantallas que muestran humanos perfectos, pero todos están inmóviles, sin vida real. La Muerte observa las pantallas y pasa su mano por una de ellas.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Hoy, el homo deus prescinde de mí. Me olvida. La muerte ya no es bienvenida en un mundo que ha renunciado al misterio de la finitud.
EXT. AZOTEA DEL EDIFICIO – AMANECER
La Muerte está nuevamente en la azotea. La ciudad a sus pies está completamente iluminada. Ella observa, triste, mientras el sol comienza a salir. Sus ojos muestran el cansancio de la eternidad.
NARRADOR (Voz en off – La Muerte):
Y yo, la última testigo de lo que fue, me quedo aquí. En este mundo que ya no tiene espacio para mí. Olvidada. Ya no soy necesaria. Pero aún así, sigo buscando… un rincón donde la vida pueda romperse.
FUNDIDO A NEGRO
El sonido de una respiración suave y pesada resuena en la oscuridad. La última respiración de la Muerte se apaga lentamente.