Tener un sitio web para difundir tu proyecto o negocio es algo muy motivador, pues ayuda a impulsarte, a romper barreras y facilitar tu adhesión e integración a diferentes redes de contactos pues sirve como el mejor showman o presentador que puedas tener. Es una especie de rompehielos de comunicación, en el que los silencios ya no resultan molestos porque las personas se conocen. Para mucha gente, el mundo digital resulta complicado y frío cuando en realidad se trata de compartir, ser tú mismo o mostrarte fiel, honest@ y transparente a tus clientes, formando enlaces humanos. Como todo lo bueno, requiere trabajo y dedicación, y aunque existan plataformas de 1 click, la calidad de tus contenidos y el soporte posterior son la clave para destacar.
Antes de contratar una página web, consideramos que un cliente puede tener en consideración varias cosas previas:
1– Tener tu idea de negocio clara o al menos bastante trabajada. Una web es una gran herramienta para extender las capacidades y ayudarte en la difusión de tus productos y/o servicios pero no se trata de una varita mágica que creará clientes por si misma. Tener claro tu modelo de operación y negocio es esencial y aplica tanto si se trata de un comercio establecido físicamente como de una plataforma de presencia y relaciones o ventas online. Además, explicar de forma clara tu área de experiencia facilita la comunicación y entendimiento con las personas encargadas de aportar el diseño, marketing y desarrollo adaptado a tus necesidades. Así también, esta comunicación generará un mejor flujo de retroalimentación para poder aportar innovación a tus servicios desde un punto de vista especializado en nuevas tecnologías y medios. No lo olvides, aunque no se trate de buscar inversores, tu elevator pitch (discurso de presentación para captar la atención sobre un proyecto o emprendimiento) explicando de forma breve de qué se trata tu idea también puede ser destinado a tus colaboradores.
A pesar de ser nuestra recomendación #1, si tu idea aún no está definida del todo, no te preocupes porque podemos asesorarte para poner en orden tus ideas y lograr una integración exitosa entre tu negocio físico y virtual.
2– Identidad gráfica. El diseño de una página web es una inversión rentable, considerando la multitud de gente que puede tener acceso a la información de tu empresa. Solo hay que tener visión y prever que antes de construir un negocio online, los buenos cimientos en la identificación y comunicación de cara al cliente son muy importantes. Trabajar en los estándares de presentación de tu marca es un excelente principio y debe ser una constante, así como consideramos esencial tener una buena presencia de branding general o por lo menos un logotipo que proyecte con éxito los fundamentos básicos de tu empresa antes de dar el paso a la web. ¿Por qué decimos esto? Básicamente para que te resulte rentable a largo plazo. Imagina que hoy sacas adelante tu proyecto digital a toda prisa, sin procurar cuidado a una imagen atemporal y con visión al futuro que deseas para tus objetivos de crecimiento, después de todo, la imagen no solo es la promesa realizada en cuanto a la calidad con la que ofreces lo mejor de ti a tus clientes, sino también el reflejo de tus ideales y expectativas, aprovechando ese gran momento de energía e ilusión con el que se comienza (y así debe continuar) al emprender. Entonces te puede pasar como a los padres primerizos que le compran ropa al bebé y al mes le queda pequeña, o mejor dicho, a corto plazo tus clientes no crearán la conexión entre tu negocio físico y el virtual, tendrás que hacer adaptaciones sobre algo que quizás te pueda quedar chico por no haber previsto la escalabilidad de tu marca o la demanda de tus clientes. Los valores de tu empresa se verán disueltos en una proyección entre una imagen atrasada y una tecnología moderna pero carente de un claro, único y enriquecido sistema de información visual.
3– Evaluar tus necesidades de comunicación y crecimiento. Después de tener documentado lo anterior, lo demás sigue un curso fluido y práctico. Tan solo requiere autoexaminarnos y considerar cuestiones como:
- ¿Mi sitio web es una creación desde cero de un negocio digital? ¿Se trata más bien de una adaptación de negocio físico a virtual? ¿Va a haber una integración entre ambos? ¿Me servirá como plataforma de ventas a través de comercio electrónico o la venta final se producirá siempre en la ubicación física? Como marcamos en los puntos anteriores, debes establecer un suelo desde el cual tener una perspectiva amplia.
- Cantidad de información que se publica en un primer momento.
- La estructura básica para distribuir de manera eficiente dicha información, para que sea fácil de leer, accesible y determine claramente tu oferta, así como las secciones que sirven de apoyo para ofrecer confianza y material complementario que ayude a tus clientes a tomar decisiones.
- Realizar un estimado de las visitas que esperas recibir en tu sitio. Eso depende mucho del tipo de servicio que ofreces y de si trabajas sobre una cuota de clientes ya formada. Este dato, junto a los anteriores, también resultan imprescindibles en el aspecto técnico por tratarse de factores básicos para la elección de tu hosting.
- Definir si queremos que nuestra web sea adaptable a varios formatos de pantallas, tabletas y móviles. Esto se traduce a un término llamado responsive, que no es otra cosa sino la adaptación a diferentes dispositivos, lo cual da ventaja en un mundo flexible donde los usuarios utilizan diferentes terminales a diferentes horarios, por ejemplo, si estás en tu casa a cierta hora, quizás utilices más una tableta; si vas en transporte público o estás en la calle, lo más normal es utilizar un móvil y si la persona está realizando una búsqueda por la mañana, lo más probable es que se sitúe en su trabajo al frente de un ordenador. Es decir, ser responsive te da cobertura de accesos prácticamente a cualquier hora… Cuánta responsabilidad ser omnipresente, ¿no? Si además se analizan estos datos, resultan invaluables, ya que te ofrecen muestras de los perfiles de clientes que entran a tu web.
- ¿Cuánta información quiero compartir y con qué frecuencia? La pregunta surge porque así como hay empresas que cuentan con personal para cubrir las necesidades de comunicación y marketing, tanto internas como externas, también las hay con pocos empleados que se dedican exclusivamente a realizar las labores para las que fueron contratados. Es importante depurar la información y ser objetivo con la posibilidad de ir agregando contenidos a nuestra web, por eso, podemos elegir entre una web de estructura y contenidos fijos donde prevalece la información óptima y que requerirá pocos cambios o adhesiones a futuro; o una web dinámica en la que tenemos la posibilidad de escalar y enriquecer nuestros contenidos para mantener la atención de nuestro público. Si por ejemplo, tus necesidades de información y actualización son altas pero tu personal no está capacitado en comunicación, también existe la posibilidad de externalizar estas tareas para poder disfrutar de una web dinámica.
- ¿Requieres integrar sistemas innovadores que te permitan ir un paso adelante en cuanto a interacción con tus clientes?
De estas características y algunas otras dependerá en gran medida el desarrollo técnico de tu web y es por esto por lo que puedes buscar consejo sobre lo que más te conviene, en función de tu presupuesto y necesidades de expansión.
4– Valorar el contenido y la calidad que necesitarás mostrar a tus clientes. Como luzca nuestra página, diseño, calidad de las imágenes, vídeo, etc. son cosas a tener en cuenta, remarcando el punto 2 donde hicimos mención al branding. Por eso, antes de navegar con tu empresa, pregúntate si tienes claros tus textos e imágenes, así como qué tan originales y atractivos son para tu público objetivo. ¿Los aportarás tu mismo y el diseñador se encargará de colocarlos o no tienes muy claro qué, cómo y dónde? ¿Las imágenes las proporcionarás tú o las realizará el diseñador? Debes tomar en cuenta que las legislaciones sobre derechos de autor y propiedad se están endureciendo, por lo que no se puede coger la primera imagen que encuentres en internet y colgarla en tu web si no son tuyas, ya que puede ser motivo de multas.
5– Los cambios estructurales y de diseño. ¿Te suena la idea de hacerlo bien desde la primera vez? En los países más avanzados tienen muy presente esto para evitar gastos de energía y recursos así como conflictos innecesarios. Por eso, se han realizado muchas investigaciones y técnicas de producción eficiente. A nosotros nos gusta el desarrollo ágil porque permite una gran apertura, enfoque, coordinación entre cliente y diseñador, acceso a la comunicación y retroalimentación, así como la posibilidad de realizar cambios de una manera justa, rentable, objetiva, iterativa y con una buena visión para identificar errores.
Todos nos equivocamos y la flexibilidad para cambiar es una gran habilidad pero siempre hay que tener en consideración que los cambios influyen en el proyecto general, en los tiempos, recursos y la inversión final.